Columnas,  Intramuros

Intramuros 7 de Abril

A Clarissa, a Verónica Rojas.

Como una forma chero elegante de mandarme a la verga, siempre he interpretado la sistemática ignorancia a la constante solicitud de los 4 altos en el bulevar “Chemali” Montaño y Calle 9, falta no sepan cual es o tal vez por saberlo, eso sea. Trienio tras trienio ha sucedido, como no les digo la onda a naiden!, si lo llego hacer será por lo segundo, pues no dan para más los comerciantes de la política. La ruca anterior igual o peor comportó, bien cerradas las indias, ella y su cedazo mula.  A ver el que siga o la que siga el año 2018 que viene de balazo queridos carnales. Oye, tú, ¿ni a melón el trienito, verdá?

Estado de México, ah que nuestra vanguardista democracia totonaca, andan allá el desfigurado PRI ofreciendo hasta las nalgas al pobreterío a cambio de la “credencial” de elector con tal diezmarle la votación a Morena veremos si le alcanza, aún cuando queden, cuando terminen avecinados…

Amor no Chingaderitas…

Ya le ha dicho se las venda, rente o se las dé “a quien te de tu regalada gana, pero a ese güey ni madre”!!! Pues era su enemigo personal, aunque así no fuera, el sujeto le caía como pelotazo. Cantinera y leandra de corazón convivía con ese hombre, su hombre pelotero viejo, guitarrista como ella, de cantina. Se querían la mar intensa, a fondo su compresión llevaban años, añales de funcional unión. Por cuantas cosas habían pasado, años buenos y malas carencias, hombres, enfermedades. Así como grandes momentos, ilu-siones, deslealtades, chuequeces, reales chingaderas como la vez ya peludote, raptara una chicuela de 15, tan así la cosa que el Juez Montaño Osorio al punto chiva negaba excarcelarlo, a ella lo que más ardía era habérsela llevado en el Torino rojo adquirido mediante un empeño no cubierto y cedido por ella a su concubino con toda su alma, casualmente por quererlo sin restricción ni medida.

Por la misma razón era que ahí iba ella de pendejona, cornutota a ver al rorro culerón a la carcelita de tan altas paredes donde estaba causa sus méndigas maniaqueces. Valerosa como son las mujeres al decidir que hacer fue con el C. Juez haciéndose la llorona sin resultado, dos veces insistió ante él: Si lo suelto así nomás, señora de todo mi respeto, volverá picado a fuego a hacer la misma gaita, usted será eterna perdedora”. Sin embargo, por ley tenía derecho a fianza y el impartidor de justicia debió fijarla bien alta, hasta eso. “Vende la carreta, jany!” “Véndola pura madre, y no me digas jany, culón jodido, pero me las vas a pagar y muy caro.!!”.

Ufanaba por traerlo siempre como monito, a la línea, garrido y oloroso, bien elegante que de suyo el muy cabrón, poseía estampa, todo habría sido apenas la reciente anterioridad porque hoy, el mes y medio preso nones, ¡cero!. La canasta bien levada, nada le suelta. “Ándale Mijita, por favor un palito de volada ya casi sale la visita, ándale, sí?”. “Chingatumadre, perro malo!”.

Finalmente logró sacarlo del bote, pero eso era una cosa, perdonarlo otra, hasta que el tiempo hizo costra. A estas al-turas todos debemos saber quien se la haga gacha a una mu-jer se le duplica la devolución. Han transcurrido meses de la romántica hechura que lo llevó a la cárcel, todo normalizado, vuelto a la habitual armonía en la pareja mediante el olvido, pero…. Olvido, olvido?, Viene el galán de marras quitado de la pena empuñando la guitarrita, asoma rutinario checando el dato donde ella tala, Bar 6-21-4 en la mera esquina de calle 7 avenida primera donde hoy sitúa el más bonito y señorial Hotel de toda la Plaza en cuya elegante y chic cafetería me discriminaron a un gran amigo por su tez prietita. ¡Ah que arroz tan níveo!..

No pensaba entrar, su ruca estaba franca ese día pero la vio charlando animada, divertidísima precisamente con el hom-bre enemistado, al que no pasa ni a mentadas de madre.

“Ella es pública, qué quieres?, no la tengo a huevo.!!”. Altanero ha dicho el tipo, cuando el guitarrero le objeta cuestionando la tertulia con su vieja… “Me vale verga, atente a las consecuencias si dentro de media hora vuelvo y sigues con ella”. Toma hacia la “Concha de Oro”, otro bar, sólo pasando la vía del tren. “Fíjese doña Lupita, Sra. Guadalupe Pro(+) allá está aquella con uno que le tengo prohibidísimo”. O sea nos gusta hacerla gacha pero no que nos retachen la copa. Borracho de sentimiento se le pasó el tiempo cuando acordó habían transcurrido dos horas de la “promesa” hecha al que negara partido con su mujer. Hay va al 6-21-4, lógico ya no estuvieran, el cantinero frío, su ruca se fue con el que tomaba en un taxi. Le invadió una rabia mortal nunca antes experimentada, aventó la lira so-bre la barra, agarrando puerta afuera, los felinos huelen el agua a kilómetros de distancia, pero conocí el caso de mi amigo de antaño al Alex Ballesteros quien hace ya más de 20 soles pasó por esta frontera, llegó a saludarme solo de-tuvo unos instantes no quiso ni pasar, procedía de Tamaulipas e iba para Tijuas, venía prendido a fuego de la chiva, heroína, a la cual perseguía guiándose por el olfato infalible: “La huelo!”, me dijo, sabe que extraordinarios desarrollo de los sentidos…

Volviendo a nuestro celoso y peligroso guitarrista, buscó, revisando sitios considerados como posibles donde encontrar a los tórtolos, donde hallar a su leandra dueña del corazón suyo. Fue su olfato más que la corazonada, la que lo guió a dar con ella, era en aquella pinche ventana iluminada donde sin duda estaban, subió a la planta alta y dio con el cuarto, el #10, antes oyó la risa inconfundible de ella “ya le echó uno el jodido”. Hervía la sangre, y quién no, oigan? De una patada plana buscó abrir la puerta que sólo entrecerraba, ¡plaff! se abrió cayendo al suelo y dentro del cuarto nupcial la vio recostada en brassier “brassiel”, como decía él cubierto medio cuerpo con la sábana, el cuate sentado en el borde en calzoncillos con la calma paz que refleja el hombre cuando recién ha descargado la ira sexual, matada la sicosis!!. Sorprendido y molesto incorpora, pues seguro traía planes darle carrete al gusto toda la noche restante, a éste sí que le faltaron horas sl nocturnal. De volada se tren-zan pero el ofendido lo toca prontito, hundiéndole matancero cuchillo en el pecho, a borbotones bulle la “sangre de indio”. “Te dije cogieras con cualquiera, menos con éste puto..!!”..

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