Columnas,  Oh Témpore

Oh Témpore 20 de Mayo

Equipo de béisbol de la Escuela Vicente Guerrero, en el año 1944.

HISTORIA DEL BEISBOL EN AP

(Séptima Parte)

Quienes sentimos el atardecer de nuestras vidas y guardamos en nuestros corazones bellos recuerdos de nuestra juventud, que bajo el polvo del tiempo permanecen dormidos, es bonito despertarlos al ver una bella foto de aquellos lejanos años, una foto que es más elocuente que mil palabras. Es ahí cuando los latidos del corazón se aceleran y con ello al tiempo de pronunciar un Oh Témpore entre suspiro y suspiro esos bellos recuerdos volvemos a vivirlos; algo así pasará con quienes hoy aparecen en esta foto, de quienes conformaban el equipo de la escuela Vicente Guerrero.

Daré principio con quienes posan en cuclillas, chavos de aquel lejano año 1944 mismos que cuando su pelo negro se tiñó de blanco, cuando ya tienen la dicha de sentirse acariciados por hijos, nietos y bisnietos sienten la bendición de Dios por haberles concedido llegar a esa edad.

Con el No. 1.- Raúl Corella Soto, a quien se le conocía como “El Mocoso”, descendiente en esos años de familia de posición acomodada económicamente, todo dado a su gran visión para los negocios. Su padre, don Raúl Corella, quien fue presidente municipal en la década de los 40’s y uno de los principales accionistas de la empacadora carne (FESSA) que se estableció en esta ciudad, siendo la primer fuente de empleos en esta frontera, que en ese entonces contaba con 8 o 9 mil habitantes.  Ahí se dejaron ver personas amigas de aquellos años como don Xavier Rodríguez, Jesús Rodríguez, Rudolfo Medina Yescas (suegro del Panchón López). También a Salvador Delgadillo (suegro de Pancho Melgoza), don Raúl Díaz, Pancho “Gordo” Blaine, Fernando Hurtado, Israel Gallardo y hasta yo mix, cuando recién llegado de Sacramento, California a fines de noviembre de 1948 entré a trabajar atraído por el sueldo de 10 pesos diarios tocándome laborar destazando bofes, tripas y cagalares por lo que solamente aguanté dos semanas!!.

Tiempo después Raúl Corella como hombre visionario echó a andar por el Cerro Gallardo una mina de cal que transportaba a ésta para aquí procesarla y convertirla en muroplast, en un terreno en calle 6 ave. 2, estableció la Ferretería y Maderería Corella y Cía, en donde trabajó “Chémali” Montaño y su hoy esposa Jovita Ayala; también Jaimito Gálvez Tapia, Luis Córdova Corrales, Panchón Moreno y Rudolfo Medina.

No. 2: José Rolón Ramos, “El Topolobampo” quien se fue a vivir a Los Ángeles, California, donde por 30 años fue locutor en varias radiodifusoras y en televisoras fue conductor. Recuerdo cuando en los años 30’s, José Rolón en compañía de su madre Teodora y su padrastro Jesús Sandoval, procedentes de Topolobampo, Sinaloa, pasaron a residir a ésta ciudad, pues don Jesús trabajaba en el Resguardo Aduanal como celador. Me acuerdo que en el barrio donde nos criamos en calle 3 y 4 avenida 6, Rolón quien era un chavo al igual que toda la pandilla y en forma seguida decía proceder de Topolobampo, por lo cual no hubo de otra que adjudicarle el remoquete de “El Topolobampo”. Hasta ahí todo era felicidad, hasta que cierto día su padrastro Jesús Sandoval, quien siempre portaba su pistola calibre 45, cierta noche al estar tomando en el Arizona Bar, ubicado en calle 3 ave. 4, en compañía de otros celadores, surgiendo una discusión entre Sandoval y su compañero apodado “Pichelito”, y todo surgió cuando al estar botado en el piso un norteamericano, Sandoval quería saber la reacción del gringo cuando le diera un balazo en un pie, a lo que el “Pichelito” se opuso y se hicieron de palabras y fue cuando Sandoval le dijo: “Pos si no quieres que balee al gringo, lo haré contigo”, y desenfundaron y se dispararon, muriendo el “Pichelito” forma instantánea y Sandoval horas después murió en el hospital del Dr. Manuel Calderón Vargas, en la calle 3 avenida 6 y 7. De ahí en adelante “El Topolobampo” se abocó a buscar trabajo, siendo en los 40s entró a trabajar de talachero en la radiodifusora XEAQ, propiedad de Manuel Rodríguez y después pasó a ser propiedad de su hermano Jesús Rodríguez y de Héctor Rivera Esquer, en donde Rolón hizo sus “pininis” frente al micrófono. Poco después se casó con una señorita de Douglas y se emigró yéndose a vivir a Los Ángeles, Cal., y regresó cuando su madre doña Teodora murió, vino al sepelio y desde entonces lo perdimos de vista.

No. 3.- Luis Gutiérrez Jr., hijo de don Luis Gutiérrez Alcántar, que laboraba en el Resguardo Aduanal y era un apasionado del beisbol, por lo que recuerdo así entre querer y olvidar si con el equipo Internacionales militó de pitcher y luego optó por impulsar el beisbol juvenil, pues sus hijos Luis, Héctor, “El Greñudo” y “Memín” habían heredado su afición.

4.- Héctor Pedro Oriol “El Pinocho” como entonces le decían y hoy le dicen “El Muñeco”, siempre fue un amante apasionado del béisbol y por eso su padre, don Pancho Pedroza, siempre lo apoyó. Héctor militó por varios años con el equipo Escuadrón 201 y cuando éste desapreció, jugó con los Internacionales en su posición de pitcher. Uno de sus mejores logros fue el ser el principal fundador del estadio de Beisbol Veteranos.

5.- José “El Perico” Domínguez, de quien es poco lo que recuerdo de él, ya que desde temprana edad emigró a los Estados Unidos. Era hijo de don Manuel Domínguez, quien en los años 40’s era intendente en el Banco de Nogales, ubicado en calle 4 avenida Panamericana.

6.- Vemos al quien fue el hombre más feliz de Douglas, Az, Eusebio “El Chevo” Samaniego, hijo de la querida maestra de la escuela Josefa Ortiz, Victoria Acosta y su esposo Eusebio Samaniego, quien por muchos años fue alcaide en la Cárcel Pública Municipal, ubicada en calle 4 ave. 5. Al “Chevo” lo ví jugar con varios equipos a principios y mediados de los 50’s y era pitcher.

Con el No. 7 vemos a Ernesto Durazo, mejor conocido como “El Chino” quien en esos años vivía con su madre doña Onésima de Durazo, asimismo de sus hermanos la profesora Amalia Durazo; de María quien venía siendo esposa de Rafay Romero el del corrido del Moro de Cumpas y El Zaino; asimismo de Eustaquio mejor conocido como “El Mono”.

8.- El empresario José María “Chémali” Montaño Terán, de quien guardo muchas y variadas vivencias. A fines de los años 30’s en compañía de sus padres don Demetrio y su respetable madre y hermanos Gustavo, Hugo, René, “El Diablo” y hermanas pasaron a re-si-dir a esta ciudad en una casa ubicada en calle 3 avenida 6, precisamente donde era “nuestro barrio” de Walterio Núñez, “El Lamo” Munguía, “Topolobampo Rolón y varios más. “Chémali” nació en Moctezuma, Sonora en 1929 y de volada ingresó a la palomilla. En esos días se vino la segunda Guerra Mundial y su papá don Demetrio emigró al vecino país entrando a trabajar en la Fundición de Douglas. En los años 1946-1949, “Chémali” entró a trabajar en el único despacho contable en esta ciudad, en calle 4 y 5 avenida 3, de don Ricardo Cornejo, padre de José Ma. “Nene” Cornejo. Empezó como talachero y cobrador y al contar con bastantes estudios contables años después pasó a cubrir un alto puesto en la ferretería Loreto y Compañía, que se ubicaba en calle 6 avenida 2, frente a la Compañía Harinera, donde al estar ya dentro de su destino, ahí conoció a la señorita Jovita Ayala, hermana de Ernesto Ayala, quien si mi memoria no me falla, se desempeñaba como gerente.

Por causas que no recuerdo, Loreto y Compañía cerró sus puertas y en cierta ocasión a mediados de los años 50’s, Antonio “Chichí” Loreto y “Chémali” Montaño establecieron el único negocio refaccionario y ferretero, de nombre Lyca en calle 4 y 5 ave. 3, donde “Chémali” era el gerente, llevando a bordo a Melchor Olivares y a Agustín Ramos, Mucho tiempo después, no recuerdo el año “Chémali” instaló su empresa Montaño y Cia., en calle 6 avenida 6, que sigue funcionando. De “Chémali” hay mucho que contar, es un hombre que ha dejado huella en esta su querida ciudad y en otra ocasión daremos a conocer la interesante trayectoria de su vida, en lo deportivo, en lo social, en lo político y en lo económico.

Ya para terminar, con el No. 9 vemos a Ramón Arias mejor conocido como “El Cabezón” que se desempeñaba en el equipo como cátcher.

Caray que hermosos recuerdos, sólo me queda a manera de reposo después de tanto exprimir la mollera, el musitar en forma profunda un ¡Ooooh Téemporeee!!.