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Oh Témpore 27 de Mayo

LA HISTORIA DEL BEISBOL EN AP

Octava Parte

Cuantos recuerdos encierra la palabra oh tempore, que equivale a recordar aquellos ya lejanos años cuando veíamos la vida como algo nuestro y ni por asomo pensábamos en que ésta tiene su final, esos lejanos años cuando nuestra querida Agua Prieta estaba conformada por una sola familia pues la amistad era una sola entre las clase alta, media y pobre, la comunión era general, tal como me tocó presenciar la convivencia en-tre humildes y pudientes, así era y vaya que hay que re-conocer que la población a lo sumo allá por la década de los 50’s, era de 10 a 12 mil habitantes con arraigo.

Por esos años existían aquí dos clubes de servicio social el Club de Leones y el Club Rotario, siendo el primero en el cual sus miembros haciendo eco a: Mente sana en cuerpo sano practicaban béisbol teniendo activo al equipo en el cual se dejaban ver veteranos y jóvenes militantes en ligas locales. Recuerdo que dicho equipo año tras año montaba un espectáculo muy gustado por el pueblo, pues siempre que anunciaban la presentación del potente equipo de Ciudad Juárez, Chihuahua, integrado por rugidores bajo la batuta del renombrado locutor de esa frontera de proyección nacional y el estadio Jaripeos y Deportes enclavado donde hoy está el Encinas, resultaba insuficiente para dar cabida a la numerosa asistencia.

En la foto que presento con el No. 1 vemos a Humberto Moulinet, que residía en Douglas y si mi memoria no me falla por aquellos años 40’s, jugaba la posición de cátcher con el equipo Atenas de Douglas, Arizona.

No.- 2: Carlos Munguía Rodríguez. Un hombre al que conocí, se puede decir, desde el día que nací, dado que entra ambas familias, es decir don Rosario su padre y el mío Ignacio, asimismo su madre doña Altagracia y mi madre Carmen desde los primeros años de la década de los 20’s ya cultivaban sincera amistad.

3.- Ahí vemos a quien fuera muy popular y buen amigo, “Toto” Frisby quien por aquellos años 1936, sus padres don José y su señora madre, en compañía de sus numerosos hijos pasaron a residir a esta ciudad en la calle 2 avenida 4, una familia integrada por diez hermanos.

Con el No. 4 se ve a quien fuera gran amigo, Armando Iturralde y quien fue propietario de Funeraria Iturralde, ubicada en calle 4 y 5 avenida 5.

Para ello me remontaré a la década de los 30’s, cuando su padre, don Antonio Iturralde, empezó a prestar sus primeros servicios funerarios usando uno de los carritos Ford Modelo “A”, al cual le acondicionó una casetita sobre la cajuela, así lo miré aquel año que acudió al que fuera hogar de mis padres, debido al deceso de mi abuela materna, a quien llamábamos “Má Nacha”.

Don Antonio venía siendo un arquitecto empírico hecho así por el esfuerzo de superación, siendo él quien llevó a cabo la construcción del edificio de la Aduana Fronteriza; del entonces Hotel Moderno cuyo edificio aún se ve en calle 4 venida Panamericana y 4 y en el ocaso de su vida, construyó el edificio del Cine Alhambra, propiedad de don Paulino Prieto Bruna. Años después fa-lleció no sin antes construir el local donde dejó funcionando la Funeraria Iturralde, de la cual se hizo cargo Armando cuando Agua Prieta tendría 30 mil habitantes, desempeñándose ahí por varias décadas siendo quizá por ello que aún siendo atento para con todos y alegre ocasionalmente, en la continua preparación de cuerpos ad-quirió un carácter adusto, como si el corazón debido a su trabajo se hubiera endurecido, ya que no obstante que el cadáver que iba a preparar estuviera en estado de descomposición, su rostro permanecía impasible, por lo que todo mundo comentaba: “Cabrón Armando, que güevos tiene pues prepara uno o más cuerpos y se va a dormir como si nada”, por lo que muchos pensaban que debido a su profesión, las lágrimas se le habían secado, pero tal como se dice, Dios está en todo lugar y lo digo en referencia al aciago día en que muriewron ahogados en las aguas de la presa La Angostura Paulino Prieto, Arturo Banuett y Glen Ford, cuyos cuerpos fueron rescatados del fondo de la presa, siendo Paulino el último, cuyo ca-dáver ya en estado de descomposición fue llevado para la autopsia a la citada funeraria, causando incredulidad el hecho de que al momento de hacer su trabajo, por las mejillas de Armando rodó un par de lágrimas, dado a la larga y sincera amistad que llevó con Paulino. Años des-pués en un caso que causó conmoción debido a que Ar-mando siempre fue deportista nato y alejado de vicios y jamás se supo que sufriera enfermedad alguna, pero tal como cito líneas arriba, Dios está en todo lugar, cuando en cumplimiento de su trabajo trasladó un cuerpo al panteón y una vez cumplida su misión, al emprender el regreso y al traspasar el portón que da a la avenida 6, lo sorprendió un infarto, muriendo instantáneamente

En el No. 5 vemos a quien fue respetable caballero, don Alfredo Villaescusa, quien a principios de los años 40’s llegó a esta ciudad en compañía de su esposa doña Mercedes y dos hijos menores, pasando a residir en calle 7 y 8 avenida Panamericana, en los años en que se estableció aquí el Banco Ganadero y Agrícola ubicado en la calle 3 avenida Panamericana, donde don Alfredo fue el gerente y trabajaban en ese equipo Félix Galarza, “El Chaparro” Yáñez, Carlos Ochoa, Luis Clausen entre otros que escapan a la memoria. Cabe citar empecé a tratar a don Alfredo y a esposa desde 1948, cuando trabajaba de mesero en el inolvidable Casino de Agua Prieta, en especial cada 31 de diciembre cuando daban la bienvenida al año que comienza acompañado del re-quiescat del año que pasaba a la fila de los muertos y tiempo después quizá por la confianza que le agarré, en varias ocasiones fui al Banco a solicitarle préstamos que nunca me negó y gracias a Dios no le fallé. Una vez que el banco desapareció, don Alfredo debido a su edad se refugió en su hogar con su esposa, quien desde el fallecimiento del inolvidable caballero, ahí siguió residiendo envuelta en un cúmulo de recuerdos.

Con el No. 6, vemos a José Hunt a quien en los 40’s, 50’s y 60’s se le conocía como “El Yaqui”. Recuerdo que a mediados de los años 40s, un jovencito se dejó ver como abonado en casa de doña Lucía, quien daba asistencia a agentes viajeros en su casa ubicada en 4 avenida 7 y 8. Este por entonces chavo venía siendo hijo de un acaudalado ganadero americano, Stewart Hunt quien al morir le heredó, una envidiable fortuna y de terrenos de agostadero. De cualquier manera “El Yaqui”, por ser un jovencito de carácter abierto, se rodeó de varios amigos siendo uno de sus más cercanos Ernesto “El Macaco” Villicaña, por lo que con la intención de aprender a ma-nejar un carro de carga como el que Ernesto tripulaba y que era propiedad de su padre, don Roque, “El Yaqui” adquirió un camión del año, recibiendo del “Macaco” sus primeras lecciones de chofer. Tiempo después doña Lucía murió, “El Yaqui” hizo su vida libremente, pero de manera recta y luego de corto noviazgo con la bella señorita Estela Núñez, conformó un feliz matrimonio rodeado de hijos y nietos por varias décadas siendo la parca quien rompió el encanto a fines de los años 90’s.

Con el No. 7 recordamos a un hombre siempre lleno de optimismo, para quien no existía la oscuridad, sólo una luz que le brindaba una vida alegre y a la vez en broma dejando sentir su optimismo y buen humor siempre a la vista, se trata de Manuel Véjar a quien por su manera de ser le decían “El Loco”. Un hombre de lucha, emprendedor a todas luces de tal o cual negocio que le con-formara un seguro patrimonio. Recuerdo cuando tuvo en operación el centro nocturno Royal Club, donde hoy se ubica el Metrópolis en calle 1 y 2 avenida Panamericana un centro social que era el preferido de las juventudes y personas mayores de los inolvidables años 50’s y demás, lo que por un lado influía su característico sentido del humor y por otro y en muy alto porcentaje la esmerada atención de quienes ahí laboraban. Quién de esos años no recuerda al que fuera popular beisbolista y eficiente mesero, Joaquín “El Zurdito” Monge, asimismo a los cantineros Alfredo “El Fideo” Fragoso, fundador de la Nevería Alaska; a Rodolfo Chon, a Daniel Franco, Amado Quijada y otros que escapan a la memoria.

Manjuel Véjar empezó a declinar en su capacidad em-prendedora desde la aciaga noche en que su negocio se incendió y después bajar la guardia al morir su hijo co-nocido como “El Pelico”, y de ahí en adelante, más por amor propio para no mostrarse como un hombre abatido, se dedicó a la venta de artículos en pequeño, hasta que un lamentable padecimiento lo llevó a la tumba.

8.- Don Luis Gallardo, quien a fines de la década de los 40’s en compañía de su esposa e hijos, procedentes de Veracruz llegaron a Agua Prieta. Era reconocido farmacéutico y primero laboró en la Botica del Dr. Manuel Calderón y después en la Botica Sonora, y quienes lo conocimos, en lugar de ir con el médico en busca de alivio a cierto mal, ante la escasez de dinero, acudíamos a él, le exponíamos el problema y vaya que si nos surtía el medicamento adecuado.

Con el No. 9 vemos a quien también fue un gran amigo, Angel de la Torre Estrada, hermano de don Salvador don Juan y Santiago, quienes por el año 1938 procedentes de Chihuahua arribaron a esta ciudad y establecieron una sodería en calle 6 avenida 7 donde hoy está el Mini Super del “Güero” Angulo. La sodería se ubicó en el patio en la cual como técnico empacador se de-sempeñaba Pancho Flores, hermano de Manuel Flores y del “Güero” Lore. Años después al ponerse en venta los terrenos ubicados en la calle Internacional y Primera ave. 4, Salvador, Juan y Angel adquirieron gran extensión de terrenos donde fincaron la Sodería, también la Ferretería de la Torre (Fedelato) y la Hielería.

No. 10 Aquí vemos al amigo de todos, Tomás Enrique León a quien por cariño le decíamos “Chito”, él al igual que su hermano Antonio en aquellos años cuando quien fuera su padre Enrique León se retiró de los negocios, se encargaron de administrar la tienda “La Sorpresa”, ubicada en la calle 4 avenida Panamericana.

Por aquellos años 1936-1937 “El Chito” León en compañía de Alfredo “El Zurdo” Treviño (hijo de don Nemesio Treviño), patrocinaron al batallador equipo de basquetbol Los Comerciales. Tomás Enrique fue siempre una persona amiga y colaborador con el deporte y en el año 1955 cuando los juegos de la Liga Municipal de Beisbol se celebraban en el campo “Barbitas” Acuña, “El Chito” León les dijo que desde el siguiente domingo jugarían en el Estadio Jaripeos y Deportes bajo la tutela del Club de Leones que se haría cargo de todos los gastos (arreglo de campo, pago de umpires, bats y pelotas) y así fue como él llevó hacia hoy estadio Encinas los juegos de la Liga Municipal.

Con el No. 11 vemos a Jorge “El Nicle” Yáñez, hermano de Tony, de Lucy y de Quetita quien fue esposa de Pancho Rivera. “El Nicle” jugaba con los Venados.

12.- Gustavo Caballero, quien en los años 40s llegara a esta ciudad fungiendo como gerente del Banco del Pacífico ubicado en calle 2 y 3 ave. Panamericana y contrajo matrimonio Carlota “Tota” Camou. En los años 50’s Gustavo pasó como gerente de la Compañía Harinera Sonora Flour Mills, hoy Compañía Harinera Estrella y años después renunció y puso en el Barrio Ferrocarril un próspero negocio elaborador de palmilla.

Con el No. 13, vemos a quien fue un hombre dinámico de negocios, Bernardino Ibarrola Serrano, quien a fi-nes de los años 40s, procedente de Nogales él y su esposa pasaron residir a esta ciudad, fungiendo como gerente del Banco de Nogales, hoy Santander. Aficionado 100% a la política, militante del PRI; en 2 ocasiones fue presidente de la Junta Municipal de Mejoras Materiales, y una de sus primeras acciones fue la introducción del sistema de agua potable en el Barrio del Ferrocarril y luego se abocó a gestionar la construcción de estadio de béisbol Luis Encinas. El año 1990 fue electo presidente municipal de Agua Prieta.

14.- Francisco Rivera Aguirre, hermano del cronista de la ciudad Juan Valente “El Cuate” Rivera. Francisco era cajero en el Banco del Pacífico, donde entabló amistad con Paulino Prieto Sánchez, pasando luego a ser gerente de la distribuidora de cervezas Carta Blanca y Tecate en calle 3 y 4 ave. Panamericana, propiedad de Paulino, quien conociendo de la honradez y capacidad administrativa de Francisco y nombró hombre de su en-tera confianza. Al morir Paulino, Francisco trabajó por su cuenta hasta el día en que lo sorprendió un infarto y falleció. Pancho estuvo casado con la señora Quetita Yáñez padres del popular Francisco “El Kaki” Rivera.

15.- Manuel Chávez originario de Chihuahua y reconocido comerciante, quien fue llamado por Paulino Prieto para hacerse cargo del manejo de la tienda de ropa “La Aragonesa”, del depósito distribuidor de Café Combate y auxiliar en el Cinema Alhambra, siendo así como Manuel Chávez, Pancho Rivera y Paulino Prieto con-formaron la espina dorsal de los Negocios Prieto.

16.- Ernesto Franco Rosas, hermano del agente aduanal Cruz Franco Rosas con quien trabajó. Ernesto era hermano también de Raúl Franco Rosas, funcionario del Migración. Cuando Cruz murió, Ernesto se hizo car-go de la oficina. Ernesto trabajó mucho en el PRI especialmente en la campaña de Ignacio Bacaparra, siendo fue nombrado Agente Fiscal en esta ciudad por 6 años y posteriormente en la administración de Luis Pericles se desempeñó como síndico municipal.

Con el No. 17 se ve a quien conocí como “El Mata” Durazo, residente de Douglas, Arizona.

Con el No. 18 se aprecia al amigo de todos, Antonio B. Loreto a quien todos conocimos como “Chichí”, nativo de esta ciudad, hijo de don Rogerio Loreto y respetable esposa de quien no recuerdo su nombre, familia que por aquellos años residía en la calle 2 avenida 5.

“El Chichí” fue un hombre poseedor de un gran espíritu emprendedor que le abrió las puertas para establecer va-rios negocios exitosos. En los años 60’s fue electo presidente municipal de Agua Prieta, siendo en su gestión cuando se construyó el actual Palacio Municipal y como amante del béisbol, contribuyó en mucho a la construcción del estadio de béisbol que hoy lleva su nombre: Antonio B. Loreto. Hablar de mi amigo “Chichí” llevaría muchas páginas, por lo que en otra ocasión narraré muchas cosas de su exitosa y feliz vida.

Por hoy, a punto de salírseme las lágrimas evoco todos estos recuerdos de aquellos años y solamente me hacen musitar un ¡Ohh Teeemporeee..!!..

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