Columnas,  Juan Valente Rivera,  Notas

A 98 años de los ahorcados en Agua Prieta

Por Robin Beltrán

Recuerda Juan Valente Rivera, Cronista de la Ciudad, que hace 98 años, los asaltantes de la diligencia de la Aduana de Agua Prieta, sin miramientos, fueron colgados en la Plaza Azueta, al amanecer un lunes 16 de diciembre de 1918 por Plutarco Elías Calles.

Aquel lunes 2 de diciembre de 1918, partió la diligencia de la Aduana de Agua Prieta con el caudal recaudado durante el mes de noviembre que ascendía a la cantidad de 150 mil pesos en oro sellado (monedas).

En ese tiempo gobernaba Sonora, el General Plutarco Elías Calles quien tenía gran amistad con don Carlos Caturegli, ex alcalde de Hermosillo (1916-1917), por el Partido Liberal Mexicano. Por petición de Calles, aquel expresidente municipal se convirtió en administrador de la Aduana de Agua Prieta y cada mes enviaba el dinero recaudado en oro sellado a Hermosillo que por seguridad, embarcaban en la estación ferroviaria de Naco.

La emboscada de Anivácachi: Sin imaginar lo que les espe-raba, don Carlos Caturegli, abordó la diligencia acompañado de varios celadores y se dirigieron a Naco. Luego de recorrer 30 kilómetros el camino bajaba rodeando un cerro donde se encuentra la sierra de Anivácachi, que significa cerco protector. Al dar vuelta sonó la descarga de fusiles contra ellos y junto con el resto de los celadores de la Aduana de Agua Prieta, cayó muerto don Carlos Caturegli.

losahor2Juan Valente Rivera

Inicia la búsqueda: Aquel infausto día extrañó de inmediato entre el personal de valores de la estación del ferrocarril de Naco, que no llegara la diligencia de la Aduana de Agua Prieta. Cada inicio de mes era puntual su presencia en la terminal ferroviaria. Se comunicaron con la Aduana de Agua Prieta y se les informó de la salida de la diligencia cargada con 150 mil pesos en oro sellado a cargo del administrador Carlos Caturegli.

Emilio Vidrio, sobreviviente de la muerte: Las autoridades de inmediato se organizaron y salió una patrulla de reconocimiento hacia Naco. En el cerro del Anivácachi, estaban los cuerpos inertes a causa de las descargas de fusil. Pero el oro no se encontraba, había sido robado. Al revisar a cada una de las víctimas descubrieron a un celador sobreviviente. Pese a las múltiples heridas de bala en su cuerpo, Emilio Vidrio logró decir a las autoridades que había reconocido a uno de los autores de aquella sangrienta celada. Luego fue transportado hasta Agua Prieta, para ser atendido de sus heridas.

Plutarco Elías Calles dirige la investigación:

Al enterarse de la infausta noticia del ataque a la diligencia, robo del oro y la muerte de los celadores y particularmente del asesinato de su gran amigo Carlos Caturegli de inmediato salió de Hermosillo rumbo a Agua Prieta, para dirigir personalmente las investigaciones.

Agentes bajo su mando, comenzaron la búsqueda del hombre identificado por el sobreviviente, y pronto fue capturado.

Los Llevan a La Ceniza: Para aislarlo de todo contacto con la gente y sus familiares en Agua Prieta, el detenido fue llevado a un paraje conocido como La Ceniza, localizado al sureste de esta ciudad, donde aún se conservan vestigios paleontológicos y algunos petrogríficos. Pronto cayeron varios cómplices y uno a uno fue señalando al resto de la banda y detallaron la forma en que aquel atraco fue planeado.

Encajuelan al Dr. Manuel Huerta en Douglas, Arizona:

losahor3El Dr. Manuel Huerta, prestigiado médico que vivía en Douglas, fue señalado por los detenidos como el cabecilla. Las órdenes de Elías Calles fueron contundentes. Un grupo de osados militares muy allegados a él vestidos de civil cruzaron la frontera en automóvil, llegaron a la casa del Dr. Huerta, donde se presumía estaba guardado el oro robado. Tras levantarlo, lo metieron a fuerza a la cajuela del vehículo y emprendieron la marcha de regreso. El comando cruzó a toda velocidad por la garita de los norteamericanos quienes se quedaron atónitos y sorprendidos por aquella acción sin poder hacer nada con sus armas. “No hay nada seguro sobre la participación del Dr. Manuel Huerta en este ataque a la diligencia, algunos lo afirman, pero son más quienes creen en la hipótesis de una venganza política”, dijo el cronista de la ciudad. Recordó Juan Valente que hace pocos años en una entrevista que tuvo con descendientes de este personaje, admitieron desconocer si su abuelo fue el autor intelectual del robo o víctima de alguna venganza política.

Amanecen colgados: Plutarco Elías Calles, no se anduvo con contemplaciones. Le dolía incluso la crónica recogida de aquella época, cuenta que el Jefe Máximo de la Revolución Mexicana, lloró la muerte de su entrañable amigo don Carlos Caturegli. Sin juicio y sin consideración legal alguna, aquellos ladrones fueron condenados a muerte. Al amanecer del 16 de diciembre de 1918, dos semanas después del ataque y con los primeros rayos de luz del alba fueron colgados de los postes de la Plaza José Azueta. Los habitantes acudieron a mirar el dantesco espectáculo por la calle 5 de la avenida 5 hasta la avenida Panamericana. Dos años después, a una cuadra de distancia, en calle 5 avenida 2, se firmaría el Plan de Agua Prieta promovido por el General Calles contra Venustiano Carranza quien también terminó muerto. Sus rostros no tenían gorros que los cubrieran y así permanecieron durante todo el día de sol, como escarmiento para los ladrones.

Fusilado en el panteón de Esqueda: Pero no todos fueron capturados algunos lograron escapar de momento. Uno huyó a California (USA) y otro a la alta sierra sonorense. Sin embargo, Canuto Ortega, jefe de La Cordada (policía rural contra el abigeato) capturó Bavispe a uno de los implicados en el asalto y asesinato. Desde ese lejano lugar cruzó la sierra y lo trajo preso a Esqueda (Municipio de Fronteras) y se dirigió con sus hombres y el detenido al panteón, exhibiéndolo ante los habitantes, procedió a colgarlo como advertencia para quien se atrevieran a robar.

Ahí terminó esta historia de pacificación contra la ambición de los ladrones, época en la cual cuenta el Cronista de Agua Prieta, ya no se volvió a saber de ningún caso de hurto…

1,034 Comments

Leave a Reply