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Ensalada de Letras 24 de Marzo

Para vaya sentido del humor que tiene el buen amigo Jesús de Soto mejor conocido con el remoquete de “El Matador” gracias a que para mochar oreja y rabo, éste se pinta solo.  Por ello quizá sus amigos con mucha base le hincaron el bonito remoquete.

Pero claro, uno siempre quiere saber más de lo que le cuentan, por eso pa salir de dudas me acerqué a su madriguera Las Palapas para entrevistarlo y así fuera él quien me sacara de dudas. Así pues ya estando ahí tal como acostumbra hacerlo el dar a quien gusta visitarlo pa’ más que pronto se acercó a mi para franquearme el paso a la parte trasera del patio de su residencia, donde al estar ahí me quedé con los ojos cuadrados al ver lo que es un verdadero zoológico, ya que animales ahí son los que sobran. Pero lo que predominan vienen siendo un chingo y medio de gallos de pelea, asimismo conejos y lo más curioso se dejan ver un chingo de perros mismos que dejan lucir un par de orejas mochas, al mismo tiempo un rabo o sea una cola mocha ahí pegado a la parte posterior del útero cagarrutiento, el cual los perros dejan ver sin pudor alguno.

Eso me motivó a preguntarle el que si así habían nacido, siendo cuando cogió entre sus manos un filoso machete y unas más que filosas tijerotas y me dijo: “No Mac los perros no nacieron así, sino que soy yo quien con brillante sistema de cirugía los arreglo y pa que veas la operación, vamos, digo vamos, porque tu vas a servirme de enfermero”, dijo al mismo tiempo que metía la mano a una perrera para sacar un perrito de un par de meses de edad, el cual al tiempo que me lo daba me dijo: “Agárralo bien porque vamos a operarlo pa cortarle la cola”.

Así pues me aboqué a seguir sus instrucciones buscando con ello a la vez que ayudarle claro aprender como lleva a cabo tan delicada operación, misma que para adornarla la practica sin dolor dijo. Acto seguido agarré al animalito, lo recosté junto al tronco para enseguida ponerle la colita sobre el tronco, no bien lo acomodé, cuando al tiempo quel matador pegaba tremendo grito soltó chico machetazo sobre la cola del pobre animal siendo cuando un pedazo de cola botó pa’ mi lado, al tiempo que el pobre animal pegaba tremendo alarido, se me escapó de las manos, para al tiempo que con las patitas de delante se tocaba las nalguitas corriendo sobre las dos patitas traseras pegaba tremendos aullidos que claro en el idioma canino creo diría “par de jijos de la chingada..!!”.

Yo la neta me quedé sorprendido, dado que nunca imaginé que en forma tan cruel le cortaran el rabo y más cuando él me aseguró que la operación sería llevada a cabo sin dolor.

Acto seguido me dijo: “Todavía no terminamos Mac, pues ahora vamos a mocharle las orejitas”, al tiempo que me decía tal, de nuevo me entregó al animalito, mismo que no paraba de emitir leves gruñidos, diciéndome que de nuevo se lo detuviera, ya una vez que lo sujeté, Jesús se acercó luciendo tremenda tijerotas desas que usan pa’ cortar lámina y al mismo tiempo dejando ver un par de hileras de dientes parecidos a los que pela el Pomposo Soto, siendo cuando pensé a lo mejor éste pinche loco le mocha las orejas a mordidas al estilo de Maik Tyson, mas ahí me quedé corto, pues al verlo de nuevo luciendo satánica sonrisa y más bien se parecía al cabrón secuestrador conocido el Arizmendi, al tiempo que cogió por la cabeza al perrito, le aplicó un par de sendos tijeretazos, haciendo volar el par de orejitas del pobre animal, mismo que por segunda ocasión salió en chinga pegando de aullidos, es de creerse que en su idioma querrían decir par de jijos de la chingada.!!.

Ya una vez terminada la operación, él, Jesús de Soto, al tiempo que se paraba frente a mi me dijo: “Por eso Mac, nomás por eso me dicen “El Matador”, porque corto oreja y rabo..!!”.

Tal desplante me causó enojo y más cuando le dije:

“Pero tu dijiste cabrón, que el par de operaciones las hacías sin dolor”.

Siendo cuando éste luciendo un cinismo que apenas po-día con él me dijo: “Y así fue Mac, lo operé sin dolor, pero sin dolor de mi alma..!!”

Pero la neta, al ver aquel hombre que actuaba con una naturalidad en casos tan deprimentes, ya con la idea de ver que otras cosas más dejaba ver, ahí me quedé buen rato mirando la bonita cría de conejos que tiene, siendo así como se acercó y me dijo: “Qué te parece la cría que tengo, así me ahorro un chingo de pesos en la compra de carne, puesto que yo aquí la tengo de a chingo”.

Eso me motivó a decirle: “Pos claro, qué tanto vas a batallar pa’ matar un pinche conejo, todo es cuestión de bajar la mano, manoteas uno acto seguido en forma de karate le das tremendo chingadazo en la nuca y san se acabó”.

Siendo cuando este me dijo: “No Mac, vieras que si la carne de conejo es buena, más sabrosa sabe cuando te cuesta un poco pa’ conseguirla es decir no se siente lo mismo el tenerlo a boca de jarro y matarlo sin que cueste trabajo alguno, a estar en campo abierto y ahí al ver al conejo que corre libremente, tu coges el rifle te lo colocas al hombro, enfocas al conejo, jalas del gatillo y pum, pum, pum le sueltas 3 balazos, así pues como tu trabajo te costó, eso hace que los saborees mejor y más que como yo, que soy un empedernido amante de la cacería, es decir de la caza, y para que veas que no miento, orita mismo te voy a dar una prueba de ello, así que súbete al pick-up y ahí espérame pa’ ir al monte y ahí a campo abierto, tras los mezquites quiero que veas que tan chingón soy para tirar con rifle 22”.

Ya una vez encaramado en la cabina miré como éste o sea Jesús se adentró al corralito donde tiene la cría, al rato lo vi que salió con un costal al hombro, lo puso en la caja pa’ luego subirse al pick-up, encenderlo y juímonos recio rumbo al campo. Así cuando ya hubimos ca-minado un par de kilómetros, detuvo el carro y al tiempo que bajó me dijo: “Ora viene lo bueno, la cacería”.

Claro que yo ya andando picado por la curiosidad me dije: “Aquí vamos a ver si es cierto que éste cuate es toda una chingonería pa’ la caza”.

Así pues como éste al tiempo que se acercó a la caja del pick-up ví que jaló el costal que había subido, luego me-tió la mano dentro de él y sacó un conejo el cual lo tenía sujeto de las orejas, luego como si fuera silla voladora desas de los juegos mecánicos, comenzó a darle vuelta y vuelta sobre su cabeza, enseguida soltarlo y allá fue a dar el conejo contra el suelo, por lo que atarantado como se encontraba comenzó a voltear para todos lados como las gallinas recién compradas y luego con saltitos más saltitos menos, al ver a su amo, el que todos los días les surte los alimentos, pa’ más que pronto se dirigió hacia él, siendo así como el cazador pa’ más que pronto lo puso en la mira del rifle, acto seguido le soltó 3 buenos y acertadísimos disparos que le acomodó en la cabeza, luego de nuevo metió la mano al costal, sacó otro conejo y boolass cabrón, también le dio tatahuila, lo jondeó y le metió otros 3 balazos en la frente, como todo un buen cazador, así lo hizo un par de veces más, ya cuando terminó con el peligroso safari, cogió los conejos, los mancernó de las patitas, acto seguido los colgó del cañón del rifle, me invitó a subir al pick-up, luego enfilamos hacia Las Palapas, siendo en el transcurso que me dijo: “Orta sí Mac, vas a comer una más que sabrosa carne de conejo cazado en campo abierto..!!”

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