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Ensalada de Letras 25 de Noviembre

Hasta el gorrito…

N.- Ni duda cabe que pa’ ser feliz, a todos los momentos amargos de la vida hay que verle siempre el lado amale, porque de lo contrario, al verle el lado negativo, como que nos acabamos de joder. Para eso lo mejor es agarrar la vida en broma porque en verdad eso es, dado el caso que nos hace cada jugada, que mejor cállate cállate.

Por eso narraré un caso que me pasó, que viene siendo pecata minuta comparado con el que le pasó al nuevo ciudadano norteamericano Pablo Galindo, mismo que desde que juró bandera de los Unites States ni de chiste quiere volver a la que llama polvosa Agua Prieta y vaya que menos al Barrio Ferrocarril y agrega que por acá no se parará porque hay muchos rateros, borrachos y marihuanos. Esto viene a colación por un detallito que me pasó el pasado sábado por la nochi cuando todo por tra-gón o goloso me pegué un atracón de queso guisadito que tenía sabor de mil maravillas y no paré de tragarlo hasta que me lo tenté con el dedo por la boca y por el feferefe. Ah pero pasada la media nochi empecé a sentir que hasta el ombligo se me quería reventar por lo hinchado. Total pa’ la mañana del domingo que me quise levantar sólo alcancé a darme un par de reverendos pelo-nes con sus respectivos sentones, me sentía rejodido que tuve que llamar al médico y diagnosticó intoxicación por el queso y no hubo de otra que llevarme al hospital, donde creía me iban a tupir de lavativazo limpio, pero gracias a dios no fue así, me pusieron suero, 3 pinches botellones con antibióticos y de volada me quedé jetón.

Por la mañana llegó una enfermera muy atenta, me dio un recipiente para que hiciera pipí, digo así porque se me hace muy corriente decir miar, dizque pa’ analizarlo. Eso sí noté mientras tiraba el agua ella arrugaba la nariz, ya después se retiró, al rato volvió y muy decente me preguntó: “¿Señor, no ha hecho popó?” (digo popó pues se me hace muy corriente dijera: ¿no ha cagado?).

De cualquier manera me dijo: “Hágalo porque necesitamos analizarla”. Luego para darme chanza salió del cuarto no sin dejar de arrugar la nariz. Ya después para obedecerla fui al baño, pero como es uno solo para dos cuartos de internos, supongo que mi vecino me ganó, pues en cuanto entré, de inmediato dije guácala, pues la taza del baño estaba hasta el gorro de excremento (digo así porque se me hace muy corriente decir mierda), y como si fuera poco parecía cono gigante de la nieve del Dairy Quin, todavía lo coronaba casi un rollo de papel sanitario, y que si apestaba?, uta madre, por eso luego comprendí porqué la enfermera arrugaba la nariz. Fue cuando ella venía por el popó le dije: “Mire mejor que hay muera pero si quiere un poco entre al baño y sírvase con las dos manitas, pero como es obra de mi ve-cino hay se la echan porque por Dios santito que yo no fui y le seguí cantando, yo te aseguro que yo no fui!.

Y para comprobar se animó a entrar al baño y ya sabrás lector, me dijo: “Mejor en su casa hace popopito y trae en un frasquito un poquito”. Así quedamos pues.

Ya que se fue y a los pocos minutos me dieron aire, digo aire no de alta pues tuve que seguir yendo a inyectarme, de cualquier manera me acordé de mi amigo el hoy nor-teamericano Pablo Galindo, cuando también pasó por un caso similar, pos éste por tratándose de llenar la tripa y más siendo de gorra, hasta que se pone chimpo el hijo de suchi y todavía es tan desvergonzado que lleva refín para su chante, tal como sucedió en esa ocasión en que se trató de una boda, pos ya sabrás y aparte que hasta pal chupe no canta mal las rancheras como sucedió esa vez que fue tanto lo que tragó que le pasó igual que a mi, se pegó una santa y reverenda intoxicada que otro día y por poquito lo cafeteamos, tanto así que hasta al hospital fue a parar, donde fue más que afortunado, ya que si no le metieron 10 estocadas o sea 10 bitocazos u lavativas en el feferefe, más o menos como que se medio alivianó, y le dijeron que tenía que hacerse un análisis de popó, (digo así pues me da pena decir mierda), sólo que como era viernes y ya el químico trabajaba hasta el lunes, le sugirieron echara el popó en un frasco y el lunes lo lle-vara. Total ya el pinchi Pablo en su casa se la llevó ti-rando barra a puro dormir, comer y cagar, esto último si con ganas para poder llevarle buena ración al químico.

Total, agarró para el caso una botella de medida de un cuarto como aquellas en que antes venía envasada la le-che y le tupió duro a la cagalera, que acumuló la del viernes día, viernes noche, sábado día, sábado nochi, do-mingo día, domingo nochi y para el lunes el frasco relin-chaba de mierda, una ya seca buena pa’ machaca, otra a medios chilis y la del domingo fresquecita, lista. Acto seguido le puso en lugar de tapa un pedazo de plástico amarrado con una liga, luego agarró monte al laboratorio del químico. Así pues no bien llegó la peste se empezó a desparramar, pa’ cuando le llegó el turno al hacerlo pasar el químico le preguntó el motivo de ir al la-boratorio y el cabrón Pablito que traía oculto el frasco bajo la chaqueta, quizá por temor se lo fueran a robar, pa’ más que pronto dijo: “Mire señor químico, aquí le traigo esta pequeña “botellita” conteniendo un poco de caquita pa’ que la analice, como lo ordenaron en el hospital y le hago saber que si no le alcanza pa pasado mañana le traigo otro litro igual…!!”..

Venganza mayita…

D.- De plano como el yaqui vengador conocido con el descontinuado nombre de Pomposo Soto, tiene hasta el copete al “Pakín” Ponce con tanto estarlo chingue y chingue con dizque pendejadas que el “Pakín” comete, éste se cansó que lo estén agarrando de cura y vino a mi lionera y me dijo: “¿Oye Mac, se vale que yo también le aviente uno que otro tiro al cabrón Pomposo?”

A lo que claro le dije que El Clarín no era de nosotros, sino que era del pueblo, puesto el pueblo lo sostenía.

“Ah bueno pos hay te va una muy buena que le pasó al Pomposo cuando éste era un chamaco de 4 años allá en su Cajeme del alma. En cierta ocasión que su mamá te-nía que ir allá pal entonces Barrio del Plano Oriente, se llevó de mano al entonces niño Pomposo y como iban a pie, al pasar por los rieles del tren ahí estaba un burro manadero, de esos que están superdotados de la quinta extremidad, misma que la tenía como caramelo pero que más bien parecía bat de beisbol, mismo que cada que resollaba fuerte no nomás se golpeaba el pecho sino que le alcanzaba pa’ sobarse la garganta. Fue cuando el niño precoz que era Pomposo al ver semejante espectáculo, abriendo tremendos ojos se quedó viendo al burro y más su tremenda quinta extremidad y jaló de la mano a su mamá y le dijo: “Mila mami, mila a ese poble bulito, mílale lo que tene, pus ta’ malito, muy malito..”.

Y fíjate Mac, siguió diciendo el Pakín, que la reacción de la mamá del Pompis al ver aquel espectáculo tremendo le dijo: “Véngase muchacho pendejo, pues brincos diera tu padre por estar siquiera la mitad de lo malito que está ese burrito…!!!”..

Y colorín colorado esta ensalada ha terminado y al que no le gustó le doy la bendición de la cotorra: Chingue a su madre y Dios lo socorra…!!!

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