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Ensalada de Letras 8 de Julio

Pa’ raza…. la nuestra..!!

C.- Caray, no cabe duda que para cagar el palo nuestra raza de bronce es la única, es decir en para todo tratar de sacarle al bulto, tonces formamos un patronato integrado por puros presumidos cabrones, que les gusta ver en los periódicos su nombre, aunque el patronato valga monda.

Asimismo somos muy amantes de juntarnos en macoya, y ya reunidos 10 o más cabrones nos da por formar un club para tener un buen pretexto y después de cada junta hacer colecta para el 24 ponernos como bobitos.

Así pues, en esto último se formó el Club Güebones de AP el cual es presidido por Manuel “El Loco” Alegría, pues pa’ eso de la güebonada se pinta solo y más cuando recibe su chequecito del Tío Sam por estar jodido de la cintura desde hace 35 años y por aparte el Welfer que no le falla pues como se la lleva más que chorona diciendo: “Que trabajen los pendejos”. Pero debemos ser veraces en ciertos casos como cuando “El Loco” más por pasearse que por trabajar, allá de vez en vez va hasta Sinaloa con “El Mono Sonso” Gastélum a traer caballos para su cuadra y dice “El Mono Sonso” que lo que le paga al “Loco” es una mierda, pero lo que sí cuesta es lo que se come, pues como todos los talegones güebones son muy buenos pa’ tragar y remalos pa’ trabajar.!!.

Pero dejando eso por un lado, mejor publico la carta que nos mandó Tito Martínez en la cual nos dice que “El Loco” Alegría hoy más que nunca está rematado en eso de apachurrar el güebo, pues en la mañana se levanta nomás a cagar y al rato de volada ir a tirarse al sofá a ver la televisión que claro ordena que se la tengan prendida; de ahí del sofá sólo se levanta para ir acostarse a la cama a la hora de la meme, y así se la pasa bien chorona sin que haya poder alguno que lo haga levantarse.. Pero lo que dice el Tito en su cartita eso ya raya en chingadera, cuando allá por febrero a principios del mes le regalaron unos arbolitos ya preparados para que los trasplantara en su ranchito que tiene junto al Cerro Gallardo, la tierra está virgen y los árboles frutales en dos años se ponen como pito de liebre, por lo cual desde que le hicieron el regalo todos los días le decían: “Manuel ve al rancho y haz un hoyo pa’ que trasplantes los arbolitos frutales que te regalaron.” A lo que éste siempre medio adormilado contestaba: “No yo no me levanto ni a chingadas madres, si lo árboles se secan, pues que se sequen, pero yo me levanto una chingada..!!.”

Y esperaban que pasaran unos días pa’ insistir de nuevo con un: “Manuelito, levántate como Lázaro aunque sea medio apendejado pero levántate y ve al rancho a hacer un hoyo y trasplantas esos arbolitos tan bonitos que te dieron, antes que se pase la temporada y se sequen”, a lo que éste recostado contestaba: “Pues si se secan que se sequen, yo me levanto una chingada toy muy agusto y no mestén chingando hablándome pus me espantan el sueño”. Así los días pasaron y al “Loco” pura chingada hicieron que se levantara del sofá, pues ahí estaba la papa.  Pero lo bueno, dice en su carta el Tito, vino cuando la semana pasada cuando llegó a visitarlos su hijo Manuelito el más chipilón de todos, a quien le dijeron que le hiciera la lucha al “Loco” pa’ que se levantara del sofá y fuera a trasplantar los arbolitos que ya amenazaban con preñarse. Y si, allá va el Junior con el “Loco” y le dice: “Anda pa levántate y ve a trasplantar los arbolitos que te dieron, anda antes que se sequen”, a lo que éste contestó: “Si tanto te mortifica que se puedan secar esos pinche arbolitos, pues ve tu y haz los hoyos y trasplántalos porque lo que es yo no me levanto ni a chingadas madres, menos orita que estoy agarrando el sueño”.

Viendo el Junior que a su papá nada podría levantarlo, no tuvo de otra que agarrar pala y pico y ponerse hacer hoyos y trasplantar los arbolitos, pero de repente cuando llevaba 2 pies de hondo, al pegar el picazo sintió como que había picado contra un objeto que se rompía y al ponerse a revisar que era, descubrió un pequeño baúl el cual dejaba ver en su interior un chingo de alazanas de oro, el baúl estaba lleno, por lo cual emocionado fue en en chinga allá donde estaba acostado su papi, al cual le dijo: “Pa ya somos ricos muy ricos, pues fíjate que al hacer el primer hoyo descubrí enterrado un baúl lleno hasta de puras moneda de oro, anda pa, levántate para que vengas a ver la inmensa fortuna..”.

Y ahí estuvo lo bueno cuando “El Loco” dándose media vuelta en el sofá y acomodándose mejor, dijo: “Mmh, si no me levanté antes que era pobre, ora que encontraste el chingo de oro y soy inmensamente rico, menos me levanto…!!!”

Pinche perro atoninado…

Ese pinche de Juan Flores mejor conocido por el remoquete de “El Tonina”, es un cabrón que a todo apuesta, tan así que nos dijo Esteban Zamudio que una vez que fueron a Phoenix allá manotiaron dos nenorras a las que invitaron a rufflear, y cuando estaban bien entrados, dice que “El Tonina” le dijo: “Apostaremos a que pague todo el agasajo el cabrón que acabe último”. Así pues el mismo “Tonina” dice que el ver un espectáculo sin apostar, es como lavarse los pies con botas!!.

Pero lo bueno fue cuando la perra del “Ato” Martínez parió doce perritos y como éste aprecia un chingo al “Tonina”, le regaló un perrito, corriente el cabrón pues estaba cruzado con perro callejonero, pero por callejero “El Tonina” notó que el perrito era muy inteligente, por lo que de volada empezó a enseñarle trucos que el pinchi perrito aprendía con facilidad, aprendió a bailar lam-bada, hacer el salto mortal, el muertito, etc., y cuando ya demostró estar preparado para algo mejor, empezó por enseñarlo a contar colocando varias canicas en el piso, y le pedía que trajera 6, seis le traía, por lo cual también le enseñó a sumar, restar multiplicar y dividir, diciéndole: “Súmame 3 mas 5” y el perrito llamado Cuchifláis le traía 8 canicas; ahora réstale a éstas la mitad y el pinche Cuchifláis quitaba 4 canicas. Luego le decía éstas multiplícalas por 3 y ahí va el Cuchifláis y le trae 12 canicas, era toda una chingonería.

Tonces el pinche “Tonina” pensando más delante ganar una feria con el perrito, empezó a enseñarlo a hablar que claro al principio batalló un chingo para que aprendiera pero al fin logró el objetivo y así el Cuchifláis aprendió a hablar, lo que claro al “Tonina” no le cabía un picadiente en el pedorro de sólo pensar en el chingo de pesos que iba a ganar apostando que el perro hablaba. Y el pasado sábado en las peleas de gallos en El Griego que estaba lleno, llegó con el Cuchifláis y parándose a media pista, dijo: “Señores les apuesto que mi perrito Cuchifláis puede hablar lo que ustedes le digan y si dudan acepto apuestas”. Por lo cual todos los presentes calificaron al “Tonina” de loco, pensando que era imposible que el perro hablara y lo tupieron con apuestas desde 1 hasta 100 dólares. Ya todo listo, éste puso una mesa en el centro de la pista, subió al perro parlanchín y le dijo: “A ver Cuchifláis saluda y diles algo a los asistentes”, y el perro empezó a voltear pa’ todos lados y sin hablar, entonces “El Tonina” volvió a decirle: “Habla Cuchifláis, diles algo”, y el perrito se quedaba parpadeando pero sin hablar. “El Tonina” poco encabronado le dijo: “Cuchifláis, habla, te ordeno que hables”, y el perro callado ni un pinchi ladrido pegaba. Y siguió insistiendo en que el perro hablara y éste permaneció mudo a pesar que sabía que “El Tonina” había apostado un chingo de dólares y que sólo con hablar un saludo lo haría ganar… Pero no, el cabrón perro permaneció callado. Así pues, luego de recibir el “Tonina” un chingo de burlas, tuvo que pagar un chingal de dólares y agarrando al perro del buchi salió a perderse. Una vez que estuvo en el carro dijo: “Pinchi pero jijo de la chingada, si sabías que aposté toda mi lana y como abusado que eres te diste cuenta, entonces ¿por qué chingados no hablaste?”, Tonces el Cuchifláis le respondió: “No seas pendejo pinchi Tonina, mañana venimos de nuevo y triplicas las apuestas y verás que chinga les metemos..!!.

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