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Intramuros 8 de Julio

Como sigamos con nuestro maremágnum de co-chinada, el pacto federal que mantiene unificada en lo geográfico y político a la República le tro-nará. De por si ni nos pelan los Campeches, Yucatecos, Quintana Roos, como ni nosotros a ellos.

Juan Ruiz Pinales

“¡Pinales, ya lo tengo!: una par de gruesas, confortables calcetas para el tullidor invierno, será mi regalo navideño”. Pinales, carente de ambas piernas por fatal accidente camionero, lo fulmina con la mirada mediante las enormes lámparas que tiene por ojos, malagradeciéndole la gacha propuesta, -oferta cruel-, implícita.

J.R. Pinales y Ed Bours Castelo

En realidad la relación amistosa, política entre uno y otro inició a tambor batiente, a raíz del advenimiento de la candidatura de Bours, los unió similar objetivo, la silla, uno buscaba la del gobierno de Sonora, el inválido una rodante, a ambos les era vital; si se puede decir les iba la vida. Como digo, hicieron buena rima al principio, el candidato de las para entonces todavía mayorías frecuentaba el área del Hospital General descolgando hasta los aposentos, donde enseñoreaba J.R. Pinales, quien de perita dulce no tenía ni madres, después Sonora querida conocería la profundidad real de Bours, sus rojas e infer-nales -para el erario-, cabalgatas.

Bours ganó su anhelada silla, la ganó derecho y de calle, hasta eso, creo de inmediato cumplió su palabra, prontamente le envió una súper silla, acojillada, de aluminio súper resistente y vistosa felpa: un sillón rodante lo que se dice!. Pero Pinales, contreras y mal contento como él solo: “A la verga con esa cama rodante, yo quiero una silla eléctrica, a motor”, devolviéndola a palacio en una ambulancia, hasta allí llegó la reciproca devoción de los titanes, el gober novo mandó a chihuas a Pinales desde entonces. Tal vez dolido por la ingratitud del duro manco doble, es que si en verdad el mueble no era cualesquier cachivache había costado 16 mil pesitos de la épo-ca…. Pero hoy sí que ni Juan ni las gallinas. Eduardo Bours le demostró que él también era vago, lépero!.

Mi compa, porque era mi compita, Pinales entendió re-pentino imposible ganarlas todas… “Pero ya vendrá a chingar a su madre cuando pretenda la ambición superior, al sillón presidencial y de oro tendrá que ser la silla culera”. Basaba la afirmación, es posible en algún conocimiento que Bours le habría fiado al calor de la mutua simpatía, surgida cuando se conocieron. Tiempos, fechas en que seguido aparecían sus fotos en la propaganda de campaña. A pocos años de la epopeya, J. Ruiz Pinales murió, murió igual el proyecto presidencial del gobernador Bours al incendiarse la Guardería ABC el 5 de junio de 2009. Empate técnico del match Bours-Pinales, como que la vida es muy pareja, sobre todo cuando “quiere” serlo… Digo

Oigan, amigos finos, falta para elección municipal, pero el tiempo güela ligero como el aire y es hora pa’ sugerir no permitamos nos avasalle la pasión cuando se venga ese negocio. Esto para PRI y PAN y lo que surja, somos carnales cheros, ñeros en Agua Prieta, pa’ que andarnos con cosas. Votemos por quien nos venga en gana, sin ofensas ni pendejadas, como comentaba alguien, “si en cualquier esquina nos topamos y para penas no ganamos”. “Ahora sin contar los votos y al que ganó, ganó, porque es lo bonito”, exclamó hermosa lepecita, misma que fungió como secretaria de casilla en la calle7 avenida 7 en la lejana campaña donde Baudelio Vildósola Terán salió triunfador en la municipal de 1988