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Intramuros 11 de Noviembre

A Omar Noriega y señora auténtica dueña de sus arranques.

Lectores y amigos finos, horror gana Trump la presidencia de los States y quien entre otras ofertas trae el echar por tierra uno de los más colosales logros de la revolución del PRI-PAN: la eterna expulsión de mexicanos a USA, se chingó Pilares (Hasta nuevo aviso).

Ooeee ooeee, el lunes y María de la Luz escuchaba el esperado pitar del tren que arriba de Nacozari, ahí venía su Vidal Martínez el amor, el hombre de su vida, aunque después el amor acabara “porque grietas tiene el tiempo”, “papalotito que estás en el aire”, canturreaba inmersa en la más dichosa felicidad… Siempre estuvo a su lado, fue la verdadera mujer detrás del gran hombre. Duro y bien entregada que le tupió a la hambruna tarea de la granja, cuanta vez fue hacerle compañía al rancho en Fronteras, Sonora.

Nunca apersonó de delicada damita, esposa del agricultor y ranchero emprendedor. Le daba piso a cuerdas enteras de leña, haciéndolas trizas a hachazos; ordeñaba veintenas de vacas y remendaba las cercas de púas. Por eso cuando la mandó al diablo mediante el divorcio, digna merecedora es-tiró la mano para tomar los 20 mil, considerándolos sólo in-demnización laboral. Lo del amor era otro pedo. Entendía a su Vidal, hombre justo aún cuando las pendejeces del corazón no tienen explicación, ni remedio…

Después evocaría a su ex compañero lunes tras lunes cuando llegaba derechito del tren con quesos y huevos frescos que venderían en “La Paz”, la tiendita de ellos en la calle 9.  Pero entérica y valerosa y todo, el chingazo fue fuerte, de-masiado fuerte para soportarlo, asimilarlo como si nada.

 Luz recurrió al alcohol, en esos tristes vapores, casó con un gringacho y tonto y juntos mataron los 20 mil, luego se abrieron, pero ella zafó de la parranda, rehaciéndose, rea-grupando moral y espiritualidad. Católica de a madre supo refugiar en su fe. Vivía de sus cantones de renta que le que-daron de la “indemnización”. Tranquila, repuesta del golpazo; religiosa y filósofa a la vez, asumía las cosas del mundo, los sucesos.

Pasaron los años, un día Vidal le mandó hablar, estaba jo-dido de su salud, sin nadie que lo viera, lana había, siempre el dinero anduvo con él pero Manuela su última señora ha-bía roto con él. Entonces quién mejor que su ex María de la Luz?. No le dejó morir, acudió pronta, noble al SOS emi-tido por aquel hombre al agua. Lo atendió hasta restablecer por completo. Vidal volvió a su antigua dirección en calle 9 nada más como cuando se frecuenta a una amistad, a un pa-riente. Por momentos experimentaba un cariño fraterno, sin mayor demostración. El amor conyugal no existía transcendieron a otros estratos del afecto humano. Sexualidad no volvió haber. Durante las visitas ella cantaba a todo pulmón encendidas canciones de Chayito Valdéz... “Pero qué te estás volviendo loca, María de la Luz?”.  Ella lo ignoraba, sabe Dios qué experimentaba al cantar piezas bravías entronas; tal vez sólo se demostraba a sí misma inmunidad, olvi-do a la emotividad del pasado. Una vez comentó al escuchar la radio en casa de Rosita Burruel de Martínez: “Me acuerdo cuando oía enamorada las canciones, sentía me las cantaba Vidal en eterna exclusividad: “Papalotito que estás en el aire..” Ooee- ooeee…  

Madera!!

Ha ganado la Casa Blanca el enemigo de USA, falta gane la presidencia de nuestro país el enemigo de México, por el que pienso votar el 18, si Dios da licencia. Ustedes amigos finos, no se cansan, no se jartan de tanto bandidismo y pudrición..??..

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