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Intramuros 23 de Diciembre

Feliz Navidad…

Que pasemos todos una Navidad feliz, tranquila si-quiera y tengamos un Año Nuevo mejorado en todo lo posible, es mi deseo a toda la gente. Por mi parte hallándome en Agua Prieta a como de lugar me doy por bien servido por la buenaventura. Ánimo a todos los que causas, fueron mayores, les obliga pasarla encamado en hospitales, a todos los “encanados” -presos de la peni local y el mundo-, también, “concha”, mucha! cualquier madre de brocha!. ¿Y cómo se puso don Cacahuate?, oye, sí, se pone pesada la tarea, lector fino… pero, pues de plano hoy si es el padre tiempo el encargado de hasta no verte Jesús…

“Mijita, que bueno que te apareciste, me haces mucha falta, no dejes de echarme la vuelta vengas o vayas de Dallas”. En fin una cenita y unas mariguanas en la Nochebuena (o unos vasos, si no es afecto al elíxir)…

A propósito de malas rachas, el País necesita una limpia general -obligada como mágica-, de pillerías y cabronadas, sólo que no se ven las horas santas les sea dado un mentís al sistema descalcificado, que democráticamente a todos friega.  No hay signos, ese horario santo no pinta (y como dijo don Tiofilito).

En razón la de formación cultural en que nos hallamos, se descuidó la educación y aquí estamos encadenados de haber nacido y bien fans de la “Magia Negra”, esa que defienden los anticristos, los anticristianos que pronto de aquí pal real darán en aparecer por el Agua. Ya los he citado, para qué mayor publicidad, mejor evado del te-mita publicitando el bulevar de la Avenida 6. No pues “en onde”, en qué cabeza cabe pensar atenderían algún día el pedido de los 4 altos en la Calle 9.  Fíjense como está la onda: Al patriarca todo poderoso y todo malicioso (obra de García Márquez) le llenaban de viento la ca-beza la corte palaciega a grado les daba de baja, echándolos de su voluntad, así el presidente que está ahorita, el que estaba y los que vengan no hamaque oyendo los cánticos de los halagüeños, párenles el carro. La madera en algunos es como vocación y es aquí donde el ego del político sucumbe delicioso, quedado, impedido a ver, re-conocer lo atinado de la praxis, de toda su obra. Ya los oigo: “Si con colocar los 4 altos en bulevar “Chémali” Montaño y 9 resolviéramos los problemas de Agua Prieta”. Ta bueno, está bien no se apeen de su macho, la misma transitoriedad los arrasará….

Bota Chueca…

Sepa quién sería aquel ajuarudo tarahumara que llegaba de comandante y bien jodido. Muy humilde lucía, un día nos reconocimos. Cuates de la primaria. “Estudié derecho internacional”. No cazaba su dilatada jurisprudencia con la bota chueca, empobrecida. Alto, seco, trigueño y pelos tiesos. “Y qué rechingados pasó mi comandante”. “La desleal competencia de los abogas anglos, el idioma, los vuelos constantes”. Soltó la carcajada, entendí después la chaquetona ploma de cuero, sus botas viejas y el sombrero de lana grasienta era disfraz, apariencias. Lo comisionaron del mero Centro para apaciguar la peni, la cual era un mal ejemplo para el sistema de cárceles. No existía orden, un solo caos, asaltos, ve-jaciones, robos, heridos y muertos. Todos los días había cuchilladas, ahí anduvo reconociendo el cuadro de madrugada. Elaboró su programa y un día atacó ya con la inteligencia redonda. Pronto me distinguió con el apetitoso nombramiento de jefe de talacheros del área conyu-gal. Hum ¡que rico! tratar con las celadoras todo el día, con una sola que se compadezca se arma. El único problemita era estar casado y ser ocupante una gran vez ca-da semana de uno de los cubículos para las sesiones con Doña, estoy quemado. Si me caían en la maroma equivalía a jugarlo todo por un refrigerio. No, pues no!, pero que tal mi “recomendado” Pedro Gaspar Mendoza, con años sin nada de nada……. (Continuará)

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